La llegada de la variante Ómicron ha sido un duro golpe en el sistema sanitario del país de las barras y las estrellas.
Cuando parecía que se daban pasos importantes en el conflicto de salud, y ya se flexibilizaban la mayoría de las restricciones, el arribo de la nueva cepa ha traído nuevos conflictos.
Estados Unidos registra récord de contagios de coronavirus
Ahora, el país de las barras y las estrellas registró, el pasado 3 de enero, más de un millón de casos de COVID-19, una cifra en un día que no se había reportado en ningún lugar del mundo durante la pandemia, de acuerdo a un balance de la Universidad Johns Hopkins.
Específicamente, la nación tuvo un millón 80 mil 211 nuevos positivos el primer lunes el año.
No cabe duda de que es un momento en que la variante Ómicron golpea con fuerza a la nación norteamericana, pues la escuela que ha seguido de cerca a la pandemia también registró mil 688 muertes en 24 horas.
Los lamentables datos se dan, un día después de que Anthony Fauci, principal consejero del gobierno estadounidense en la pandemia del coronavirus, revelara que el aumento de positivos de COVID-19 en EU era “era casi vertical”.
Más de la mitad de los contagios por Ómicron
La cepa Ómicron, considerada la más contagiosa del coronavirus hasta la fecha, representó cerca de 59 por ciento de los positivos registrados en el país de las barras y las estrellas que terminó el 25 de diciembre del año pasado, de acuerdo a datos oficiales del gobierno.
El doctor Fauci sostuvo que el caso de Sudáfrica, donde la variante se detectó por primera vez a finales de noviembre y los casos se dispararon al mismo ritmo que decayeron en semanas, daba cierta esperanza al país.
Lo cierto es que las tasas de mortalidad y hospitalizaciones en Estados Unidos han sido mucho más bajas en esta nueva ola de coronavirus que en las anteriores.
El país registró nueve mil 382 fallecimientos de coronavirus en la última semana, 10 por ciento menos que la semana anterior.
De esta forma, el gobierno estadounidense trabaja a marchas forzadas para contener el exponencial aumento de contagios por Ómicron, aunque con la esperanza de que se reduzcan como sucedió en Sudáfrica y que los fallecimientos han ido a la baja.